jueves, 8 de octubre de 2009

Las personas son regalos





Las personas son regalos que la vida me ha dado. Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.

Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan como "entrega especial". Algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad; otras veces se necesita la ayuda de otros. Tal vez es por miedo, tal vez por viejas heridas que no se quieren volver a experimentar. Si alguna vez fuimos tratados como regalos descartables, probablemente hoy nos sintamos cosas y no personas.

Recuerda... Yo soy una persona, tú eres una persona. Y como todos, también somos un regalo. Poseemos virtudes y experiencias que nos pertenecen y nos hace únicos. Y sin embargo, algunas veces tenemos miedo de mirar dentro de nuestro envoltorio. Tal vez tengamos miedo a la decepción, a lo que podamos encontrar. Tal vez nunca hemos aceptado la clase de regalos que somos.

Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo.

Es difícil a veces diferenciar el envoltorio del verdadero regalo que está en su interior, pero el esfuerzo de diferenciarlas nos lleva al encuentro personal con el otro, y este encuentro siempre es un verdadero milagro.

Nosotros mismos podemos tener una envoltura maltratada, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso. Nunca lo olvides.

Anónimo

sábado, 3 de octubre de 2009

Tu Eres

FUERTE...
cuando a tu pena le enseñas a sonreír.
*
VALIENTE...
cuando te sobrepones a tus temores
y enseñás a otros a hacer lo mismo.
*
FELIZ...
cuando ves una flor
Y agradeces el milagro.
*
AMOROSO...
cuando tu propio dolor no te ciega
para ver el dolor de otro.
*
HONORABLE...
cuando te das cuenta que tu honor
es para honrar a otros.
*
VIVO...cuando la esperanza del mañana
significa más que tu error de ayer.
*
LIBRE...
cuando tienes el control de ti mismo
y no deseas controlar a otros..
*
GENEROSO...
cuando puedes tomar tan dulcemente
como cuando das.
*
CONSIDERADO...
cuando aceptas al otro tal cual es
y lo tratas con afecto.
*
HUMILDE...
cuando no sabes
cuán humilde eres.
*
SABIO...
cuando conoces los límites de tu sabiduría.
*
PIADOSO...
cuando perdonas en los demás
las faltas que condenas para vos mismo.
*
RICO...
cuando no necesitas más de lo que tienes.
*
TU, ERES TU...
cuando estás en paz

jueves, 27 de agosto de 2009

Fin al pesimismo

Cierta dosis de tristeza, melancolía y desgano son normales, y en ciertos casos hasta demuestran salud mental. Pero cuando se prolongan o se convierten en un estilo de vida, son signos de algún desequilibrio que es preciso tomar a tiempo.

Si se rompió tu pareja, te despidieron, alguna persona querida se va a vivir a otro país, alguien te discrimina, estás enfermo, tus finanzas no pasan por el mejor momento, por mencionar algunos casos corrientes, es normal que tu humor varíe, tu alegría decaiga y te sientas un poco triste. Pero si bien la duración de este período varía entre las personas, hay tiempos que no le sirven a nadie. Si además, tu conducta varió y comenzaste a hacer algo que antes era impensado o retomaste un hábito que habías abandonado, será cuestión de abrir lo ojos atentamente. Por ejemplo, si comés más o mucho menos, empezaste a invertir en juegos de azar, retomaste el cigarrillo, o te estás peleando con todo el mundo, habrá que ponerle un “stop” a esos comportamientos y revertirlos cuanto antes.

Para salir airoso del problema inicial y antes de que se agrave con otro que perjudique la salud, tenés que convencerte de que podés variar la forma de actuar y darle un giro a tu vida antes de que la tristeza se convierta en depresión.Tú eres capaz de salir del problema por tus propios medios, con un poco de voluntad y las acciones adecuadas. Acá te sugiero algunas:

1. Come pastas. Según la investigadora Judith Wurtman del Instituto Tecnológico de Massachusetts, los carbohidratos complejos, cuando se comen solos, pueden ayudar a salir de la tristeza al aumentar el nivel de serotonina en el cerebro. Se sabe que esta es la responsable de estabilizar el estado de ánimo. Arroz, papas, pan y pastas son buenas opciones.

2. Nada de café ni azúcar. Estos producen una alegría ficticia al aumentar la energía pero dura tan poco y es tan abrupta la caída del ánimo al desaparecer de la sangre que mejor evitarlos.

3. Duerme un poco menos. En algunos casos es difícil porque la tristeza y la depresión invitan al sueño pero si haces el esfuerzo de no hacerle caso al cuerpo y te mantienes despierto y alerta por más tiempo, verificarás un aumento en tu buen ánimo. Esta indicación sirve tanto para acostarse más tarde como para levantarse antes. Las horas de la mañana ayudan a entusiasmar con la vida.

4. Deja de pensar en la infinidad de motivos que tienes para estar triste porque cuanto más busques, más encontrarás. Busca motivos de distracción: estudiar, leer, ir al cine, ver televisión, cocinar, salir a caminar, mantener tu jardín, llevar a tus hijos o nietos a la escuela, tejer, en fin las formas son infinitas.

5. Muévete. Deportes, gimnasia, caminar, son formas de aumentar el flujo sanguíneo y con esto aumenta la liberación de endorfinas y hormonas que producen bienestar, un alivio para la tensión emocional. Además de descargar la hostilidad.

6. Mira un poco la realidad a tu alrededor. El pesimista tiende a exagerar en su interpretación de la realidad. Quítales presión a las situaciones y míralas como lo haría una de tus amigas, logrando un poco de objetividad.

7. Habla con alguien que te entienda y no solamente te diga que tienes razón: una buena amiga, un terapeuta, la masajista, tu mamá. Es muy bueno saber que uno le importa a alguien.

8. Identifica tus pensamientos deprimentes. Si oyes demasiado seguido: no puede ser, nunca, no es para mí, no lo lograré, no debo, debo, no tengo, nunca llegaré, seguro que aumentarás la duda. Deshacete de esos pensamientos y de esas palabras; anotalas, si hace falta, pero tené presente que solamente te hacen caer en picada a una depresión.

9. Envíate mensajes positivos. Con tantos medios de comunicación, puedes mandarte mensajes positivos por mail, por sms, por correo de voz. La finalidad es que tengas una palabra de aliento segura: la tuya. Déjate mensajes en el contestador automático de tu teléfono. Frases como: “dale que se puede”, “pronto llegarás”, “tú vales más de lo que crees” alimentan tu autoestima y te dan motivaciones.

10. Encuentra un motivo para levantarte cada mañana. La mejor manera de animarse es tener una razón para hacerlo. Quien tiene un por qué, encuentra el cómo.